La tendencia mundial a adoptar cada vez más la atención ambulatoria se funda en que se ha comprobado su eficacia en la más rápida rehabilitación y mejor calidad de vida que se puede brindar a los pacientes con largos tratamientos post-quirúrgicos o traumatológicos, discapacidades bajo tratamiento de recuperación y cierto tipo de enfermos crónicos o terminales. Se busca, a través de los servicios de internación domiciliaria, llevar a cabo la atención médica necesaria sin desmedro de su calidad y satisfacción de los usuarios de este servicio.
De este tipo de atención, podemos decir, que se benefician, en primer lugar, los niños y el adulto mayor. Los primeros debido a que la atención domiciliaria facilita el tratamiento y asegura el permanente cuidado de sus progenitores, rodeando al pequeño paciente de un clima de seguridad.
En los adultos mayores, permite disminuir los episodios de reinternación, que en la mayoría de las oportunidades, genera grandes dificultades para llevar al paciente a su estado anterior. Además facilita la pronta reinserción activa en el ambiente familiar y aleja la tendencia al abandono de los mayores. Otro beneficio adicional, generalmente no considerado, es que se aleja al paciente de los peligros de las infecciones intra-hospitalarias y de las consecuencias de la internación prolongada fuera del ámbito familiar.
El ingreso al sistema de atención domiciliaria exige una calificación especial del paciente, donde se debe determinar las reales posibilidades que brinda aquel en función de la situación personal de este último y el grado de contención de su ámbito familiar.
Debe señalarse también que los enfermos en estado agudo no deben ser objeto de su tratamiento en el sistema de atención domiciliaria.
La selección y evaluación de la transferencia del paciente a la atención domiciliaria, comienza cuando el paciente es transferido de la terapia intensiva a la sala común. Normalmente, la atención domiciliaria es bien acogida cuando son bien analizados los servicios y controles que se necesitan para determinar las probabilidades de realizarlos en domicilio.
Con una buena evaluación del paciente, organización y control, la atención domiciliaria toma nuevas dimensiones, particularmente para enfermos terminales, constituyendo actualmente un área de interés social.
Para este tipo de actuación se encuentran médicos y enfermeros especializados, generando ello la posible cobertura de estos servicios.
Los avances efectuados permiten a la fecha suministrar a domicilio transfusiones de sangre, quimioterapia, tratamiento de las complicaciones del HIV/SIDA, apoyo respiratorio continuo, manejo del dolor crónico, etc.
Se entiende finalmente, que en los servicios de internación domiciliaria la atención de un paciente debe incluir los cuidados recibidos en el centro de atención, mediante una adecuada planificación de la conducta terapéutica a seguir por el médico tratante con el coordinador de este servicio.
Ing. Néstor E. Fernández
Presidente de OSMISS