Correlativamente con la importancia prestacional de los médicos de familia, señalada en la anterior Newsletter, en la visión global de los pacientes, más allá de las dolencias, está la intervención de aquellos para comprender necesidades, carencias y apetencias, factores todos, que de alguna manera, inciden en la evolución de estos últimos.
Estos acontecimientos dan la posibilidad de utilizar al medio familiar como soporte positivo en la actividad del médico de familia y cuando este no existe, pensar en otras opciones.
Colocada la salud en un contexto temporal y vivencial, el profesional, médico de familia, debe investigar y reconocer los factores de riesgo del paciente y los antecedentes familiares como también conocer las patologías locales prevalentes, necesario para tomar y/o recomendar medidas preventivas, como también, relevar la posible aparición de problemas psicosociales en el grupo familiar o la posibilidad de contar con antecedentes psicológicos, todo ello, tendiendo a promover medidas preventivas y/o terapéuticas.
Los médicos de familia procuran corregir así, de común acuerdo, con los pacientes, hábitos, adicciones y desviaciones que influyen negativamente en la situación psico-física de estos últimos. También, es posible que se avance sobre la determinación del impacto cultural, laboral y ambiental para evaluar la agresión que recibe el paciente del medio ambiente y poder estructurar un plan de contención y/o eliminación de dichos impactos.
Debemos señalar la necesidad de que la relación médico de familia-paciente debe mantenerse con una constante comunicación y durante la ausencia del profesional, el paciente debe contar con un reemplazo predeterminado que cuente con la información posible para la atención del mismo.
En definitiva, la actuación de un médico de familia debe asemejarse a la de un médico clínico “coordinador” de la función asistencial, razón por la cual debería calificárselo como un coordinador especial que queda a cargo del paciente, debiendo vigilar todo el proceso de salud-enfermedad mediante una observación continua, cultural y socio-ambiental.
La relación del médico de familia con el paciente genera, normalmente, un vínculo muy diferente al que se produce, por caso, en una consulta hospitalaria normal, ya que si existe un repetido contacto se crea una relación que enriquece la objetividad de la tarea, incluyendo la captación de las sensaciones subjetivas del paciente. De esta forma, el médico de familia deja de tener con el paciente una relación lineal entrando a considerar diversas acciones recíprocas en un contexto más integral.
En general es válido señalar que el médico de familia requiere de una marca de predisposición espiritual, con claros conceptos de la psicología moderna, una preparación universitaria integral de carácter médico-social y una adecuada preparación que le permita manejar las funciones inherentes al cuidado de la salud del paciente, en particular, y la del grupo familiar, en general.
Contar con el médico de familia que conoce al afiliado y a su familia permite fortalecer la relación médico-paciente.
Por todo ello OSMISS ha planteado la incorporación de los médicos de familia en su Cartilla a los efectos de brindar una mejor calidad de atención médica a sus afiliados.
Ing. Néstor E. Fernández
Presidente