Algunas reflexiones sobre la administración de la salud

En el momento actual, podemos señalar que las principales estructuras para la atención de la salud que incluyen a la mayoría de las prestadoras son: las Obras Sociales, las Instituciones de Medicina Prepaga y el Sistema de Salud Estatal.

Las primeras dan prevalencia al sentido solidario de la atención, normalmente independiente del monto del aporte mediante un plan médico obligatorio (P.M.O.).

     En cuanto a las segundas se maneja contractualmente con diversos planes que contienen diferentes niveles de prestación, aún cuando deben referenciarse como mínimo al P.M.O.. Aquí, las instituciones solamente están comprometidas a otorgar los servicios convenidos en la oportunidad que se requieran.

     Los usuarios acceden a la cobertura elegida de acuerdo a los aportes realizados, no teniendo en cuenta el concepto de solidaridad que le es imputable a las Obras Sociales.

El Estado (nacional, provincial y/o municipal) utiliza el concepto de atención médica gratuita y dedica la asignación de recursos públicos al cuidado de la salud, distribuyendo el costo de los servicios entre los contribuyentes. También, frente a las necesidades financieras derivadas de los crecientes costos de atención de la salud se formalizo el cobro por parte de hospitales públicos de los servicios brindados a los afiliados de las Obras Sociales y Prepagas.

La necesidad de homogeneizar el sistema y de respetar el criterio de libre elección y de una medicina solidaria marca la necesidad de impulsar en el ámbito de la salud la implementación de dos acciones relevantes en la atención de los beneficiarios del sistema:

  1. La vigencia del Plan Médico Obligatorio (PMO), a través del cual se iguala la atención de los servicios obligatoriamente en todas las Instituciones de Atención Médica (IAM) y el Hospital Público.
  2. La desregulación, donde se contempla la libertad de elección de la institución médico-social.

La implementación de estas dos acciones a conducido a concretar relativas mejoras en la calidad de los servicios y en la satisfacción de los usuarios, ello en un marco estratégico por demás complicado por:

  1. En relación con la demanda de servicios:
    i. Una población usuaria en crecimiento, con un alto proceso de urbanización y envejecimiento.
    ii. Un aumento acelerado de la degradación de grupos sociales derivados de la desocupación, marginación y pauperismo.
    iii. Modificación de los perfiles patológicos (drogadicción, enfermedades de transmisión sexual, accidentes, psiquiátricas, etc.).
  2. En relación con la oferta de servicios:
    i. Urgencias en producir una mejora en la gestión del área de atención de la salud.
    ii. Oferta diversificada que se presta a una población postergada por el alto costo de la salud, con alta urbanización y envejecida.
    iii. Incremento en el costo de las prestaciones por la presión de los avances tecnológicos de complejidad creciente y de los costos fijos de ordenamiento institucional.
    iv. Aumento de los costos de formación de personal, entrenamiento permanente y lucro cesante que ocasiona la adaptación de nuevas tecnologías.
    v. Falta de una adecuada interrelación entre instituciones públicas, semi-públicas y privadas.

Aún cuando solo pueden valorarse estas reflexiones realizadas como un elemento referencial de la situación del sector en la problemática de la administración de nuestra Obra Social nos permite visualizar la intensa labor a desarrollar para orientar las acciones con criterio social, para considerar a la salud como una actividad unitaria, es decir, que todas las actividades sanitarias apunten hacia una misma meta social: la prevención de la enfermedad y el fomento y restauración de la salud.


Imagen del Ing. Néstor E. Fernández

Ing. Néstor E. Fernández
Presidente