Los planes de atención de la salud han tenido un exitoso desarrollo desde la década del 70 cuando se promulgó la ley 18.610 que normalizó el funcionamiento de las Obra Sociales. En la actualidad se estima que se hallan empadronadas más de 25 millones de afiliados distribuyéndose dicha afiliación, en función de su participación porcentual, en:
- Obra Sociales Nacionales
- Obras Sociales Provinciales
- PAMI
- Empresas de Medicina Prepaga
- Obras Sociales Autónomas
Debe señalarse también, que a partir del año 1990 los avances tecnológicos aplicados a la medicina, la informatización, la presión sobre los servicios médicos y la globalización de los mercados generaron la necesidad de producir profundos cambios en la administración del sistema de salud que nos acompaña hasta el presente.
Ante estos cambios, el sistema de salud persiste y se expande acompañando el acelerado desarrollo tecnológico, debiendo para ello ingresar de lleno en el mercado de la salud (desregulación) que obliga a enfocar como meta fundamental políticas de atracción de nuevos usuarios (afiliados) y servicios que satisfagan a quienes lo utilizan.
Esto obliga a expandir el área de promoción, cuidar y perfeccionar la calidad de las prestaciones y procurar tener siempre una participación significativa en el mercado de la salud.
Todo lo anterior, no constituyen objetivos fáciles de lograr; pero si, son aspiraciones establecidas para ser alcanzadas.
En el marco de la desregulación del mercado de la salud el objetivo relevante pasa a ser la promoción de los planes para incorporar nuevos usuarios (afiliados) y la revalorización de los existentes, como también, la expansión de los conocimientos sobre la salud mediante programas preventivos de mejoramiento de la misma, del vigor físico e intelectual, es decir, mediante el desarrollo de Programas de Promoción de la Salud.
En esto contexto, aparece como necesario parametrar nuevas metas, crear nuevas estrategias y métodos operativos en la administración de las instituciones integrantes del sistema de salud a los efectos de terminar de definir una nueva visión de la atención de la salud, ya no solo con el exclusivo fin del tratamiento de la enfermedad sino también en la protección y el robustecimiento de la salud. Hacia estos fines, se entiende que avanza un proceso, que con el tiempo será incontenible, de reevaluación y reconceptualización de los sistemas de salud, que se tornarán más simples, flexibles y focalizados en las necesidades del usuario (pacientes) y, a su vez, más competitivos para poder salvar los nuevos desafíos que se presenten en el campo de la salud.
Para alcanzar estos objetivos se hace necesario el desarrollo de políticas de salud que incluyan la implementación de adecuadas inversiones y el desarrollo de recursos humanos talentosos y creativos que permita bucear con éxito el ignoto futuro de la sociedad, dentro de la responsabilidad de velar por la salud.
Ing. Néstor E. Fernández
Presidente de OSMISS