En el marco de la irrupción de la innovación tecnológica en el sistema de salud en la próxima década, tendiente a corregir las asimetrías existentes mediante la revaluación y reconceptualización de los sistemas operativos y tecnológicos utilizados, surge la posibilidad de alcanzar estándares superiores de calidad en la atención médica.
El nuevo contexto de la sociedad global ha alterado irrevocablemente la metodología de la administración del sistema de salud, debiendo hoy desarrollar su actividad en base a nuevas estrategias y métodos operativos que las lleven adelante, en el contexto de una sociedad globalizada, para pergeñar una nueva visión de la atención de la salud, ya no con exclusivo acento en el tratamiento de la enfermedad sino en la protección y robustecimiento de la salud.
Hacia estos fines, se entiende que se ha iniciado un proceso, que, como se señaló antes, con el tiempo será incontenible, de revaluación y reconceptualización de los sistemas operativos y de las tecnologías utilizadas por las instituciones de salud, que las tornarán más simples, flexibles y focalizadas a las necesidades de las personas y, a su vez, más competitivas para poder sobrevivir a las transformaciones del medio social.
Es así que el acento principal de este proceso privilegia los requerimientos del usuario del sistema de salud en beneficio de lograr una mayor satisfacción del mismo.
Actualmente, las formas de recorrer el actual escenario de la salud por parte de las personas ha sido descripto como la “carrera del enfermo”, lo cual da cuenta de la multiplicidad de caminos que eligen las personas en busca de alivio a la cura para las enfermedades o padecimientos propios o de familiares. En esos caminos, hoy se suele recurrir a una diversidad de propuestas y abordajes, según las diferentes posibilidades personales que se tienen, creencias y saberes, incluyendo formas de auto-atención, medicinas conocidas como alternativas, curadores tradicionales, entre otras tantas formas de pensar y cuidar la salud.
En este esquema las entidades y/o empresas de servicios de salud están obligadas a reorganizarse y deben prepararse para actuar en el marco de la estructura social que se avecina. Esto nos llevará necesariamente, a la necesidad de fijar políticas para el ordenamiento del universo de la salud, lo que obliga a enfocar como meta fundamental el desarrollo de acciones de atracción hacia el sistema de salud formal, de nuevos usuarios y servicios que, aparte de ser de mayor calidad, satisfagan a quienes la utilizan.
Para todo lo anterior, las instituciones de atención médica deben expandir, si o si, sus áreas de promoción, mantener costos competitivos, cuidar y perfeccionar la calidad de las prestaciones y procurar tener siempre una participación en el mercado numéricamente significativa, luchando permanentemente por mejorar su presencia.
Lo dicho, no constituyen objetivos fáciles de lograr, son aspiraciones que sólo se alcanzan con importantes esfuerzos profesionales y económicos.
Ing. Néstor E. Fernández
Presidente de OSMISS